El cerebro de una madre

¿Sabías que algunos estudios demuestran que el cerebro de la madre se encoge literalmente durante el embarazo?


Parece ser que este “encogimiento” ayuda a la reestructuración del mismo, pues aumentan considerablemente las conexiones neuronales en áreas como el hipocampo (centro dedicado a la memoria emocional).

Todas aquellas estructuras que se dedicarán al comportamiento maternal, básicamente situadas en el sistema límbico, realizarán un cambio gigantesco: El cerebro de la madre se prepara para asumir la responsabilidad de garantizar la supervivencia del nuevo ser.

Los sentidos se agudizan con el fin de poder estar más atenta a su bebé. Por ejemplo, el sentido del olfato 👃🏻 se hace más fino durante el embarazo y el parto. Ocurre igual con la audición: las madres suelen reconocer el llanto de su bebé entre diferentes llantos👂🏻 . La capacidad visual también aumenta👀, a fin de preservar a su niño de los potenciales peligros. Aunque el sentido más importante es el del tacto👋🏼. Las partes del córtex cerebral dedicadas al tacto se hallan cambiadas en la maternidad. Cuando una madre toca a un bebé y éste le toca a ella, recibe información muy sutil, pero muy poderosa, sobre cómo es su bebé, sobre qué siente y sobre cómo es su relación con él.

En definitiva, nuestra naturaleza e instinto animal es perfecta y prepara a cada mujer a cuidar y proteger a su bebé. Confía en tu instinto y conecta desde el mismo.

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